Recta final de una campaña complicada
La climatología, las previsiones de cosecha a nivel mundial y los conflictos geopolíticos determinarán los resultados de la campaña
La cosecha de cereales de otoño-invierno 2023 ha comenzado con unas previsiones poco alentadoras para los agricultores de cereal en todo el territorio nacional. Hace unas semanas, la primera estimación de Cooperativas Agro-alimentarias apuntaba a una campaña con 9,11 millones de toneladas, un 48,5 % menos que la campaña anterior. A lo largo de este mes se han sumado otras, como las de la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España (Accoe), que estima la producción en 11 millones de toneladas, o la de la Sectorial de Cereales de ASAJA, más pesimista.
Al panorama descrito en esas primeras estimaciones se suma el hecho de que, la que ha sido la primavera más cálida y seca desde que existen registros, ha finalizado con fuertes tormentas y pedrisco que han provocado inundaciones, interrumpido las labores agrícolas y causado daños en multitud de explotaciones.
A pesar de todo, las máquinas trabajan ya en el campo con la esperanza de que los rendimientos y pesos específicos sean mejores de lo previsto, aunque eso no evitará la necesidad de importar una cantidad de cereal muy superior a la de años anteriores.
Mientras tanto, fuera de las fronteras nacionales, los conflictos geopolíticos y las perspectivas de un incremento de la producción tanto en el resto de la Unión Europea como en otros países productores, como Brasil, configuran un escenario que puede afectar negativamente a los precios del mercado de cereal.
Estas son las perspectivas con las que los agricultores de las cooperativas socias del Grupo AN han tenido que encarar la recta final de la campaña de cereales de otoño-invierno 2023. En el número de junio de la revista Acción Cooperativa nos centramos en las claves que la han convertido en una de las más complicadas que se recuerdan.