El tomate rosa, a pleno rendimiento
Hace unos días ha empezado la campaña de recogida en invernaderos de Cortes, Caparroso, Tudela y Lodosa
Tomate que sabe a tomate. Parece una obviedad, pero no lo es tanto, ya que se ha convertido en un comentario habitual entre los consumidores para describir qué es lo que buscan cuando acuden a comprar tomates a un lineal. La variedad y el buen manejo del cultivo influyen en gran medida en el resultado y el tomate rosa es, para muchas personas, un tomate perfecto.
Se trata de un fruto en alza por sus características. La principal es esa: que sabe a tomate. Su piel fina, su gran tamaño, de un kilo en muchos casos, y su generosidad en carne complementan las virtudes de un producto cuya campaña de recogida acaba de comenzar hace unos días.
El tomate rosa se cultiva en invernaderos de distintas localidades navarras en las que hay cooperativas socias del Grupo AN.
Cortes es la principal con diferencia: de los 50.580 metros cuadrados de invernaderos registrados en esta campaña, 44.330 están ubicados en esa localidad. El resto son Caparroso, con 4.400 metros cuadrados, Tudela, con 1.000, y Lodosa con 850.
Es un tomate natural, sin hibridar y de manejo complicado por su alta sensibilidad a las temperaturas y a las plagas. De ahí la importancia de un trabajo duro y constante para obtener una buena producción. Se recoge en verde, justo cuando se empieza a intuir un ligero cambio de color, y llega a los consumidores en su momento óptimo, con su característica tonalidad rosa.
Si se cumplen las medias que apuntan a unos 12 kilos de producción por metro cuadrado de invernadero, el Grupo AN comercializará 600 toneladas de tomate rosa desde ahora y hasta finales de septiembre.