El silo de Peñaranda vuelve a la vida
El Grupo AN ha adquirido en subasta pública este emblemático edificio con capacidad para 17.000 toneladas
El silo de Peñaranda de Bracamonte, Salamanca, es uno de los emblemas de la localidad, un símbolo inconfundible que marca como un faro el entorno de esta población salmantina. Inaugurado en 1956, es una de las 882 infraestructuras públicas de estas características erigidas durante el siglo XX por toda España para el almacenamiento de grano: 25 macrosilos, 175 silos de gran capacidad y 682 silos menores.
En el caso de este macrosilo, hacía ya 13 años que estaba sin actividad. En 2014, su titularidad revirtió de la Junta de Castilla y León al Ministerio de Agricultura y ha sido ahora, en 2021, cuando el Grupo AN lo ha adquirido en subasta pública realizada por el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA). El silo consta de una superficie de más de 15.000 metros cuadrados en los que se incluyen macrosilo, silo, apartadero-cargadero de tren, granero, nave taller, báscula, laboratorio, oficina, vestuario y vivienda.
“Gracias a la adquisición del silo de Peñaranda de Bracamonte ganamos en capacidad de almacenamiento”, explica Ricardo Muñoz, delegado del Grupo AN en Castilla y León.
“El macrosilo y el silo tienen capacidad para unas 17.000 toneladas y se han utilizado ya en esta cosecha para partidas de materias primas de menor volumen, como triticale y centeno. De esta forma tenemos mayor y mejor capacidad para las materias primas más comunes, trigo y cebada, porque utilizamos los almacenes para un solo producto”. Ricardo Muñoz destaca también que la descarga del producto se realiza por gravedad, con lo que no se ocasionan mezclas a la salida ni tampoco gasto energético.
El macrosilo se compone de 20 celdas redondas que pueden albergar 600 toneladas cada una y 12 celdas estrelladas, cada una de las cuales posee 250 toneladas de capacidad. El silo puede albergar otras 2.500 toneladas.
«Este silo supone un refuerzo en la capacidad de almacenamiento, con la misma estrategia de acopio de materias primas de menor volumen que el silo de Medina de Rioseco. Ya teníamos esa capacidad en el norte de Castilla y León y ahora también la tenemos en el sur, más cerca de las zonas de consumo, como Extremadura. Esto nos permite ser más competitivos y ofrecer un mejor servicio a las cooperativas socias”, resalta Ricardo Muñoz.